Año 2010
Nº 1365– 8 de Agosto de 2010
Nadie puede herirnos tanto ni tan hondamente como nosotros mismos. Es alarmante la manera en que muchos, comprendidos algunos cristianos, se hieren a sí mismos, se autocastigan, autominusvaloran y autodescalifican. La verdadera libertad se manifiesta sobre todo en que nadie puede herirnos si nosotros no queremos. La experiencia de la Leer más…