Guarda tu puesto

Publicado por Unánimes en

Hermanos, en relación con nuestra individualidad, deberíamos sentir un gran respeto por nuestra propia esfera de trabajo. Vosotros, que sois pastores, no habéis sido puestos solamente para ser guardianes de almas, sino para ser guardianes de las almas en lugares especiales. Vosotros, como conjunto, tenéis que ir a todo el mundo a predicar el Evangelio: pero cada uno de vosotros debe alimentar aquel rebaño de Cristo sobre el cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos. Allí tienen que desarrollarse vuestras labores principales, pues allí están vuestras responsabilidades más importantes. Quisiera que todo hermano pensara de modo muy elevado acerca de la posición en que Dios le ha colocado. Si soy un centinela, puesto para guardar al ejército en cierto punto, sé que cada uno de los puestos en todo el cordón es importante; pero no debo ni soñar que el mío no lo sea. Si fuera así, podría sentirme inclinado a dormir, y el enemigo sorprendería el campamento por el punto que yo debía haber guardado. Tengo que sentir como si la seguridad del campamento entero dependiese de mí; por lo menos, debiera ser tan celoso y vigilante como si así fuera. Ved los eslabones de esa cadena; cada uno de ellos tiene un esfuerzo que soportar. Supongamos que uno de ellos dijese: “No importa que me oxide; pues hay muchos otros eslabones que son fuertes”. No, amigo mío, la cadena depende de cada uno de los eslabones; y si es así, para que el trabajo de la iglesia sea completado, y para que la edificación del cuerpo de Cristo sea perfecta, descansa sobre ti un gran peso de responsabilidad. Yo tengo mucha responsabilidad, lo admito, pero vosotros tenéis cada uno vuestra medida de responsabilidad que no podéis poner sobre los hombros de otros.

“Conferencias a ministros y estudiantes” C. H. Spurgeon, 1865