Nº 1.899 – 22 de Noviembre de 2020
«No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová.» (Levítico 19:16)
Hablar mal de los hermanos por la espalda, criticarles y maldecirles, es una práctica que el Señor reprueba. Dedicarse a hablar con unos y con otros para murmurar, es un atentado contra la vida de los pobres vilipendiados. Si tienes algo contra un hermano, debes ir a él para decírselo. Pero nunca te dediques a coger el teléfono para contarle a otros tus chismes, quejas y críticas. Lo que siembras recogerás. Si tienes quejas contra alguien, sé valiente para razonar con esa persona.
«No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no partícipes de su pecado.» (Levítico 19:17)
La próxima vez, en lugar de hablar a otros mal de alguno, presenta en tu oración a ese hermano. Considera tu vida y reconoce que tampoco tú eres perfecto. Examínate mejor a ti mismo y no te quedará tiempo ni ganas para examinar a otros. Te darás cuenta que con limpiar tu propia miseria ya tienes trabajo de sobra. No creo que estés en condiciones de lanzar la primera piedra.
Un abrazo muy fuerte y mucha misericordia.
Pastor Antonio Martín Salado