Nº 1.887 – 30 de Agosto de 2020
Este es el tiempo de alabar a nuestro Dios, todos sus siervos sin excepción y todos los que temen el Nombre del Señor. Es tiempo, sin duda, de vivir postrados en Su presencia para ser levantados en alegría, fuerza y gloria, y así continuar en lo que Él nos ponga por delante. Apocalipsis 19:5 «Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.»
¿Nos falta alabanza a Dios? El enemigo de nuestras vidas quiere utilizar esta pandemia para que nos congreguemos menos; para que alabemos juntos al Señor menos. Si se lo permitimos, hará todo lo posible para que las comunidades se debiliten y los hermanos caigan presos del pánico. Y el amor de Dios se enfriará y muchas iglesias cerrarán. De hecho, no hay pocas congregaciones que no han vuelto a abrir sus puertas desde que cerraron en el confinamiento.
Pienso yo, en este momento, que en vez de congregarnos menos, tendríamos que congregarnos más y más gente porque ¡¡las iglesias se van a llenar de gente!!
¿Qué piensas tú?