Nº 1.828 – 14 de Julio de 2019

Publicado por Unánimes en

El Señor Jesucristo vino a salvar a las gentes, a los paganos, al mundo.  El Espíritu de Cristo se derramará sobre toda carne al final de los tiempos para convencer de pecado, de justicia y de juicio.  Todo ser humano verá la salvación de Dios y deberá tomar una decisión.  Este es muy resumido el mensaje del Nuevo Testamento.  En la última hora, un acto del poder divino llamará a las gentes al reino de Dios.  Debemos ser humildes en la misión.  No somos nosotros los que realizamos los designios de Dios, sino simplemente anunciamos el mensaje.  La misión de la Iglesia es sólo una parte del cumplimiento final de la voluntad perfecta del Señor.  Es una prueba de lo que viene y se cumplirá porque así está escrito.  No importa lo que nosotros veamos en este momento, porque no trabajamos para el instante actual sino para la eternidad.  Esa nueva era donde terminará todo sufrimiento, toda injusticia, toda enfermedad y la muerte ya no existirá más.  ¡Gracias Señor porque tú secarás toda lagrima consolando a todos los pueblos!  Miremos al futuro con Dios, a la victoria final, a la venida del Señor. 

“Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados.  Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.  Destruirá a la muerte para siempre, y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros, y quitará la afrenta de su pueblo en toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.  Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.”  (Isaías 25:6-8)

¡AMÉN Y AMÉN!

Pastor Antonio Martín Salado

Categorías: Año 2019