Nº 1493 3 de Febrero de 2013

Publicado por CC Eben-Ezer en

Debería haber grandes tapias blancas en diversos lugares de la ciudad para que todo el que quisiera practicar el graffiti pudiera hacerlo sin ensuciar las fachadas de los edificios.

Doy gracias a Dios por todas las “tapias” de que dispongo, que no son pocas… El púlpito, los estudios bíblicos, las conferencias, la radio, los libros, la página web, este boletín “Unánimes”, y alguna otra que no se me ocurre ahora… No me faltan “tapias”.

Hoy, pertrechado con mi “spray” de pintura de cualquier color, voy a escribir mi “graffiti” en “Unánimes”… Dice así:

“Muéstrame una bandera o una religión que no haya encarcelado a nadie…

Que no haya torturado ni matado a hombres…

Que no haya dejado un reguero de viudas y huérfanos…

Que no haya permitido la mentira como ley…

Que no haya usado las leyes contra los hombres…

Que no haya hecho llorar a ningún niño…

Muéstrame esa bandera, y ésa será mi religión y mi bandera…”

¿Es posible un orden sin coacción? ¿Es posible que el hombre se entregue a sí mismo formando un orden social que no precise de normas impuestas? Naturalmente que sí. De lo contrario no tendría sentido ser discípulo de Jesús de Nazaret.

Pero el orden eclesiástico jamás podrá dar lugar a una profunda transformación en la forma de pensar, de creer y de obrar.

Sólo Jesucristo, por medio de la bendita Persona del Espíritu Santo, puede llevar adelante la obra del Padre de las Luces, transformando corazones, despejando oscuridades, alumbrando la gran verdad del Amor de Dios a todos los humanos.

Mucho amor.      Joaquín Yebra,  pastor.

 

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