N 1508 – 19 de Mayo de 2013

Publicado por CC Eben-Ezer en

Muchos que se quejaron del trabajo, ahora anhelarían contar con él. El viejo engaño ha hecho a muchos, incluso a cristianos, contemplar el trabajo como un castigo, olvidando que nuestro Señor encargó al hombre el trabajo antes de la caída en el pecado: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:28).

El trabajo es bendición divina. Sólo el pecado lo convierte, como a todas las demás cosas, en una carga. Pensando en esto, el Señor me hizo recordar un poema que aprendí cuando era muy joven, y que voy a traducir para vosotros. Su autor, George Herbert (1593-1633):

 

 

Teach me, my God and King,                                         “Enséñame, mi Dios y Rey,

In all things thee to see;                                                 en todo a verte a ti

And what I do in anything                                              y que todo mi quehacer

To do it as for Thee.                                                       lo haga para ti.

All may of thee partake;                                                 que en todo siempre estés

Nothing can be so mean                                                 y nada pueda tan bajo ser

Which with this tincture, ‘for thy sake’,                                  que al hacerlo teñido para ti

Will not grow bright and clean. no se vuelva puro y brillante .

A servant with this clause Un siervo con esta condición

Makes drudgery divine; tornará la tediosa labor en divina;

Who sweeps a room, as for thy laws, quien barra suelos según su ley,

Makes that and the action fine. la cumplirá en buena acción.

This is the famous stone Esta es la piedra famosa

That turneth all to gold. que todo en oro vuelve.

For that which God doth touch and own por cuanto Dios posee y toca

Cannot for less be told.” no puede ser tenido por menos.”

Mucho amor al trabajo, don divino y responsabilidad nuestra.

Joaquín Yebra,  pastor.

 

Categorías: Año 2013