Nº 1596– 1 de Febrero de 2015
El camino del bien no es senda de rosas, sino de pesares y trabajos. La senda de la justicia está tapizada por tormentas de lágrimas, inconveniencias ajenas, y persecuciones de parte de los encumbrados. De ahí que los que lloran sean bienaventurados, porque serán consolados. Bienaventurados los portadores de la Leer más…