Nº 1.886 – 23 de Agosto de 2020
5.- Debemos ser completamente obedientes. Fijémonos como la mujer hizo exactamente lo que Eliseo le había mandado. Dios puede solamente llenarnos de Su Espíritu cuando nosotros estamos dispuestos a obedecerle en todo. ¿Hay algún lugar en nuestra vida donde estemos desobedeciendo al Señor a sabiendas? “Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.” (Juan 2:5) Esto es lo que tenemos que hacer también hoy si queremos ser llenos del Señor.
6.- Debemos hacer uso de la fe. Esto es muy importante. Nosotros podemos admitir nuestra necesidad, podemos reconocer lo que tenemos, podemos usar la oración, y proveer vasos vacíos, y ser obedientes, pero también debemos hacer uso de nuestra fe. Dios contestará nuestra oración si ella está de acuerdo con Su voluntad y tener fe para creerle al Señor que nos quiere llenar de Su plenitud si se lo pedimos también con fe, creyendo que recibiremos lo pedido.
7.- Debemos usar lo que Dios nos da. Esto fue lo que la mujer hizo. No debemos ahorrar lo que el Señor nos ha concedido como provisión para la vida diaria, siendo mezquinos y miserables en nuestra forma de vivir. Si hiciéramos eso, estaríamos diciendo al Señor que no confiamos en Su pan diario. No acumulemos, sino que hagamos toda inversión de la vida y los bienes provistos en el reino de Dios y Su justicia. Cancelemos las deudas en cuanto tengamos para ello y no malgastemos lo recibido. Seamos buenos administradores y sabios: gastando siempre en lo básico y prioritario. No escatimemos en las necesidades vitales para buscar lujos vanidosos. Y acordémonos de los pobres para compartir. “Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” (Lucas 6:38)
¡Amén y feliz verano!