Nº 1.853 – 5 de Enero de 2020

Publicado por Unánimes en

“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, Dios, el alma mía.  Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.  ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios?”  (Salmos 42:1 y 2)

Este nuevo año, según el calendario, año 2020, podría ser el de la necesidad de Dios.  Y ¡ojalá lo fuera!  ¿Qué quiero decir con esto?  Pues que sería un año maravilloso si fuésemos conscientes, durante el transcurso de sus días, de cuánto necesitamos al Señor.  Más que la cierva que pregunta a otras congéneres si han hallado agua para dar de beber a sus crías.  Por esa razón su mugido sale de su garganta con toda la potencia posible para si en la distancia más lejana, alguien responde a su petición.

“Ciertamente vienen días, dice Jehová, el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová, y no la hallarán.”  (Amós 8:11) 

Este año pudiera ser el último año que tenemos para buscar al Señor con toda intensidad.  El año de ver con claridad la tremenda necesidad que tenemos de oír Su voz, de obedecer Sus mandamientos, de seguir a Su Hijo Jesucristo por dondequiera que va.  No sea que llegue la crisis y sea demasiado tarde para tomarnos en serio las indicaciones del Señor.  Aprovechemos el tiempo.  No sabemos qué cantidad es.  Hagamos del 2020 el año de la decisión urgente de presentarnos delante de Él diciéndole: ¿qué quieres que haga?

¡FELIZ AÑO DE LA NECESIDAD DE DIOS!

Pastor Antonio Martín Salado

Categorías: Año 2020