Nº 1.690 – 20 de Noviembre de 2016
La felicidad nos llega más fácilmente cuando la buscamos en equipo.
Buscarla solo es como pretender jugar al tenis en solitario para ganar siempre.
Es tan grotesco como eso, y el resultado será siempre perder la vida gastándola en pequeños resultados mezquinos.
Es vivir siempre en competición con nosotros mismos, en una lucha carente de significado.
Naturalmente, semejante actitud generará siempre muy grandes desilusiones.
Viviremos de decepción en decepción, de desencanto en desencanto.
El resultado final será la honda amargura y la acusaciónn de todos nuestros males para con los demás.
Es sabio quien busca la felicidad en equipo, con la familia, los amigos, los vecinos, los compañeros.
Hay sabiduría cuando buscamos la felicidad con nuestra comunidad de fe.
Además de esto, en la búsqueda de la felicidad en compañía resulta siempre más fácil renovarnos y darle un vuelco al día nublado.
Dios en su infinita misericordia nos otorga cada día la posibilidad de transformar las cosas, de empezar de nuevo.
Solamente los seres humanos tenemos la capacidad de darle un giro a la historia de nuestra vida.
En cualquier amanecer tenemos la oportunidad de reemprender el camino o de cambiar de rumbo. Pero en solitario nos resultará más fácil errar en nuestro rumbo.
Hoy un es nuevo día que Dios nos regala para compartirlo con otros.
Mucho amor, y disfruta el día en compañía. Joaquín Yebra, pastor.