Buscar al Señor
Si me preguntaran por un propósito para el nuevo año 2022 diría que “purificar mi vida”. Seguir eliminando impurezas es dejar espacio libre para que lo ocupe el Santo Espíritu de Dios. No creceremos sino estamos dispuestos a continuar barriendo y limpiando la casa donde quiere habitar en plenitud el Señor.
Otro propósito para este nuevo periodo de vida sería buscar al Señor con mayor intensidad. Si queremos crecer también en sabiduría e inteligencia del Espíritu, es necesario orar más y mejor. Escuchar la Palabra, congregarme todo lo que pueda, integrarme más en el cuerpo del Señor, son las únicas formas de añadir estatura espiritual a mi pobre vida. He comprendido que el crecimiento será siempre directamente proporcional al nivel de comunión con mis hermanos y hermanas en Cristo. El crecimiento, como toda bendición, fluye a través del cuerpo del Señor porque somos miembros de Su cuerpo y miembros los unos de los otros, aunque también haya un nivel de membresía en particular, es decir más íntimo o personal. Pero los dos niveles: el personal y el comunitario tienen que convivir y uno no puede anular al otro.
Hay muchas personas que creen en Cristo, se han bautizado, pero piensan que pueden vivir sin el resto de los hermanos en la fe. Ciertamente podrán vivir, pero no desarrollarán la vida plena que el Señor tiene para ellos. Algunos se darán cuenta y se unirán verdaderamente a la iglesia. Otros no lo harán nunca y se quedarán a medio camino de lo que pudieron llegar a ser en Cristo Jesús.
Así que, si tomamos conciencia de la necesidad de seguir limpiándonos con la sangre del Señor y de que tenemos que buscarle con mayor intensidad participando en el trabajo de Su cuerpo, éstos serán unos estupendos propósitos para este 2022 que recién comenzamos.
Pastor Antonio Martín Salado