Nº 1.926 – 30 de Mayo de 2021
“Así pues, la fe nace al oír el mensaje, y el mensaje viene de la Palabra de Cristo.” (Romanos 10:17 versión “Dios habla hoy”)
Ayer celebramos bautismos. Cinco personas decidieron libremente sumergirse en el agua como muestra de obediencia a Cristo de quién han recibido el arrepentimiento y la fe. Un día no creían en Jesús, pero hoy creen y le quieren seguir todos los días en sus vidas. Y yo me pregunto si todos los que ya llevamos muchos años en el seguimiento del Señor, seguimos pensando de esta misma manera. La fe es el mayor tesoro que tenemos y no podemos permitirnos que se nos vaya debilitando. Es nuestra santísima fe, nuestra confianza a pesar de toda oposición o circunstancia adversa. Es nuestra permanencia, a pesar de todo viento contrario o toda tormenta del enemigo. La fe es la fidelidad al Señor y a Su cuerpo que es la iglesia, aunque escuche voces que me quieran sacar de La Roca que es Cristo. Los nuevos hermanos que el Señor ha añadido a la comunidad de fe serán viento fresco del Espíritu Santo que traerán renovación a la familia de la fe. Deberíamos alegrarnos y ser agradecidos porque en medio de una pandemia, las promesas del Señor siguen siendo palpables y Él sigue llamando y vinculándonos con nuevos hermanos. Y el plan eterno de Dios continúa, y el Reino de Dios sigue extendiéndose. Así que recibamos con tierno amor del Espíritu de Cristo a los nuevos miembros de la iglesia, y roguemos al Señor para que todos podamos darles buen testimonio y no seamos nunca un motivo para hacerles tropezar, ya que son recién nacidos, muy vulnerables, que necesitan la leche espiritual no adulterada. ¡¡Bienvenidos y que nuestro común Señor y Salvador nos guíe a todos para caminar juntos detrás de Él!!
Pastor Antonio Martín Salado