Nº 1.921 – 25 de Abril de 2021
Viene un buen tiempo para el evangelio en España. Desde aquella primavera de 2018 en la que el Señor nos habló del tiempo de la canción y del tiempo de la poda, han pasado 3 años (tiempo y tiempos) y falta la mitad de un tiempo (6 meses) para que la visión se concrete y comience ese nuevo periodo de parte de Dios para esta tierra. Vamos a ver como las iglesias se llenan de gente. El Señor va a meter personas nuevas en la iglesia. El enemigo no lo va a poder impedir, pero la guerra espiritual será cada vez más fuerte. Ten en cuenta que no podrá parar el avivamiento y el crecimiento numérico de la iglesia, así que intentará por todos los medios, sacar gente que ya estaba dentro. El que deja de congregarse es el mejor candidato para quedarse fuera para siempre. Hermanos y hermanas muy amados todos, tengamos mucho cuidado de no apartarnos de la familia de Dios porque el enemigo se va a cebar con nosotros si lo hacemos. Esto es cosa muy seria y no podemos andar jugando con los asuntos del reino de Dios. No somos tan fuertes como nos pensamos. Y fuera de la cobertura del cuerpo del Señor, todos podemos caer en el rechazo más grande de la cruz de Cristo y, al final, en renegar del mismo Señor que nos salvó. Tómate muy en serio esta advertencia por tu propio bien y no tires por la borda tantos años de seguimiento del Señor Jesús. Seamos sobrios y reflexionemos con calma. Responde conmigo a esta pregunta: “¿A dónde iremos?” Con la única respuesta posible: “Sólo Tú Señor tienes palabras de vida eterna”. No dejes al Señor y a Su iglesia por un enfado. ¿Vamos a cambiar la amistad del Señor y de los hermanos por las cosas de este mundo? ¿Cuál será nuestro fin si hacemos eso? Otra vez te ruego que reflexiones, y yo lo hago también contigo porque necesito estar firme como tú, teniendo mucho cuidado de no caer y volverme atrás. Ya sabemos que los que se vuelven atrás, los que retroceden, no son aptos para el reino de los cielos. Vuelve pronto, si te has ido, no sea que cuando pretendas volver un día, ya no puedas hacerlo.
Mucho amor.
Pastor Antonio Martín Salado