Nº 1.916 – 21 de Marzo de 2021
Una iglesia está formada por creyentes en Jesucristo que han sido llamados a salir del sistema del mundo y a encaminarse hacia el Reino de Dios. El Señor quiere que progresemos de ser sólo creyentes, a ser fieles al Gobierno del Espíritu. Tenemos que entender e interiorizar muy bien, que como dijo Jesús: “Mi reino no es de este mundo.” (Jn 18:36) Ésto tiene implicaciones esenciales que debemos comprender en toda su profundidad. No buscamos pues el poder político, ni el poder religioso, ni menos el poder económico. Resta decir que tampoco queremos el poder judicial. Los cristianos no podemos establecer el Reino de Dios en el mundo porque su naturaleza no es de este mundo. El Reino de Dios no se puede imponer de ninguna manera. El Reino de Dios es interior. El Reino de Dios está dentro de nosotros, como Jesús nos enseñó y lo sigue haciendo hoy por medio de Su Espíritu Santo. ¿Qué significa esto? Pues significa que soy yo y tú como discípulos de Jesucristo, los que tenemos que ser llenos del Reinado de Dios. El Reino de Dios o Su Régimen del Espíritu, no es otra cosa que la producción creciente de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, dominio propio, verdad, justicia, perdón, amistad y todo lo bueno que se te ocurra, que tiene que ir en aumento en las personas que integramos la comunidad de fe. Ciertamente, si Su Reino crece progresivamente en nosotros, se verá hacia el exterior mediante los trabajos de justicia que realizamos porque el Señor nos los pone delante de los ojos. Pero no podemos empezar la casa por el tejado. El Reino del Señor no es externo sino interno. No está fuera de nosotros sino dentro. Y sólo dentro puede desarrollarse. No pongamos nunca el carro por delante del caballo. Seamos sabios e inteligentes con toda sabiduría e inteligencia del Espíritu Santo para que Su Reino nos inunde por completo. La Mente de Cristo, Sus Pensamientos, Carácter y Virtudes ocupen todo el espacio de nuestro cerebro. Saquemos la basura de nuestra mente para dejar sitio al Gobierno Total del Espíritu de Dios y Sus mandamientos.
Pastor Antonio Martín Salado