Nº 1.907 – 17 de Enero de 2021
“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20)
El enemigo, a través de sus seguidores, siempre trata de invertir el orden de las cosas. Confundir para después llegar a convencer que lo que toda la vida ha sido bueno, ahora es malo… y lo que toda la vida ha sido malo, ahora es bueno. Las vacunas siempre han sido buenas. Han salvado y siguen salvando a millones y millones de personas en el mundo. Ahora están en entredicho. La democracia ha sido siempre el mejor sistema de gobierno conocido para traer el bien común a la mayoría de las personas. Ahora está en entredicho. La violencia ha sido siempre mala para todos los pueblos. Ahora se justifica y se ejerce cada vez más, incluso estimulada desde algunos sectores políticos. Pero lo peor de todo es que en grandes sectores autodefinidos como cristianos, se están confundiendo las cosas hace ya bastante tiempo. Las lecturas sectarias de las Escrituras han conformado a muchos ignorantes cristianos en egocentristas, nacionalistas e incluso racistas.
Da mucha pena y vergüenza ver símbolos cristianos entre los asaltantes al Capitolio. Y causa mucha tristeza tener que escuchar en la televisión que una gran mayoría de evangélicos “fanáticos religiosos” apoyan a Trump y sus sucias mentiras. Porque ciertamente son mentiras de las más peligrosas. La Verdad está en peligro. Siempre lo ha estado y el enemigo hará todo lo posible para que no conozcamos la Verdad y seamos libres. El adversario nos quiere atados, oprimidos y atormentados como marionetas suyas. Lo más triste es que, como decía, parece haberlo conseguido en amplios sectores llamados cristianos. Urge volver a estudiar las palabras y los hechos de Jesús para no caer en el engaño.
Pastor Antonio Martín Salado