Nº 1.905 – 3 de Enero de 2021
Según el calendario hemos iniciado un nuevo año y con ello se suelen crear una serie de expectativas o propósitos para el nuevo periodo. La lista puede ser muy variada y más o menos extensa, pero nada ocurrirá si no tomamos cada día de la plenitud del Señor: gracia sobre gracia. Rectifico: pueden ocurrir muchas cosas, pero no serán verdaderamente relevantes si lo que hacemos, o nos proponemos hacer, lo hacemos fuera de la voluntad del Señor. Para este nuevo año, yo sólo tengo una máxima, un solo objetivo: hacerle más caso a Él. Y para esto, le pido más y más de Su gracia. Es decir, estar dispuesto a ser lleno de Su Espíritu cada día. O lo que es lo mismo, dejarme gobernar plenamente por Él. No sea que nos pase como a la generación de los tiempos de Jesús en carne sobre la tierra: “Mas ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, y dan voces a sus compañeros, diciendo: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no lamentasteis.” Son los que le encontraban pegas a Juan el bautista y no le hicieron caso. Los mismos que encontraron otras faltas en Jesús y a éste tampoco le siguieron. Son los “ponefaltasatodo” que prefieren quedarse solos consigo mismos. ¿Vamos a reaccionar por fin a la Palabra de Jesús este 2021? O vamos a seguir “pasando de todo”. Bueno, de todo no… sólo del Señor y de Su iglesia. Mi oración es que, en Eben-Ezer, después del 2020, no quede ningún “pasota” y que todos nos tomemos muy, pero que muy en serio el servicio al Señor, el vivir para Dios.
Un abrazo muy fuerte a todos y FELIZ Y BENDECIDO 2021.