Nº 1.760 – 25 de Marzo de 2018
“Habló mi Amado, y me dijo: ¡Amada mía, hermosa mía, levántate y ven! Ya ha pasado el invierno, la lluvia ha cesado y se fue; han brotado las flores en la tierra, ha venido el tiempo de la canción y se oye el arrullo de la tórtola en nuestro país.” (Cantares 2:10-12)
Hermanos amados, se ha cumplido nuestro tiempo de cantar… La lluvia dejará ya pronto de caer, el invierno se termina pronto y la abundante nieve y lluvia hará que la Cosecha sea abundante… Tanta humedad ablanda el suelo para que la semilla pueda penetrar y germinará con fuerza y la tierra tan regada será muy fértil. Ciertamente, el Señor me habló diciendo que así será Su Palabra que sale de Su boca, no volverá a Él vacía, sino que dará abundante fruto y será prosperada en la tierra de los corazones de los hombres que aquí estamos. Mucha agua y mucha nieve… mucha Palabra de Dios… mucha lluvia del Espíritu Santo. ¡Tenía que llover a cántaros y ya lo está haciendo! La Palabra del Señor derramada en muchos corazones va a germinar muy pronto con una eficacia y un poder inusitados.
Viene una generación de niños y jóvenes que van a tener una Unción poderosísima. Vamos a ver a niños y niñas orar por los enfermos y ser sanados. Vamos a ver a jóvenes y jovencitas que responden al llamamiento del Señor y quieren ser misioneros y misioneras, pastores y pastoras, evangelistas, maestros y maestras, profetas y profetisas…
El Señor está levantando una nueva generación que puede que sea la última de grandes siervos y siervas de Dios. Así que niño y niña, joven y jovencita, el Señor te dice hoy: “Hazme oír tu voz, porque tu voz es dulce y hermoso tu aspecto.” (Cantares 2:14). Joven, muestra tu rostro al Señor, no te escondas, ponte frente a frente ante tu Dios y Salvador porque Él hará maravillas contigo hoy y mañana y más aún. ¡Amén!
Mucho amor.
Antonio Martín, pastor.