Nº 1618– 5 de Julio de 2015

Publicado por CC Eben-Ezer en

Jesús dice en el Evangelio que “las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos tienen nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabeza.”

Muchos años antes de ser cristiano leí que el hombre feliz no tenía camisa.

Tenemos tantas cosas; pagamos tanto por tan poco; viajamos con tanto equipaje; acumulamos tantos cachivaches; nos faltan bolsillos; nos hacen falta tantas cosas para sentirnos felices…

¿Dónde vamos a encontrar los datos el día en que se produzca un corte general de energía eléctrica?

¿Qué nos va suceder si en una fuerte tormenta solar se nos vienen abajo todos los artilugios electro-magnéticos de nuestra vida?

¿Cómo logras pasar el día cuando se te olvida el móvil en casa?

¿Cuándo fue la última vez que reparaste en la grandiosidad de un árbol?

¿Cuándo fue la última vez que levantaste tus ojos a lo alto?

¿Cuándo fue la última vez que reparaste en que hay quienes te dejan ser tú mismo, tener tus propios pensamientos, seguir tus propias inclinaciones, que te comportes como desees hacerlo?

¿De qué tenemos más, de “zorras” o de “hijos de hombre”?

¿Queremos ser especiales y perder el don de la libertad o sencillamente “ser”?

Quizá ni siquiera nos hemos formulado jamás estas preguntas.

No hacerse preguntas es una de las más contundentes características del hombre y de la mujer demasiado ocupados en la adquisición de “camisas” y “equipaje”.

Mucho amor.

Joaquín Yebra,  pastor.

 

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