Nº 1573– 24 de Agosto de 2014

Publicado por CC Eben-Ezer en

El gran propósito de la Iglesia de Jesucristo en esta Tierra es ayudar a todos a encontrar una relación personal con Dios, la cual viene al conocer a Jesús de Nazaret.

Cerca del fin de su vida, se le preguntó a Karl Barth (1886-1968), el destacado teólogo suizo reformado, cuál había sido la verdad teológica más profunda que había descubierto en sus dilatados años de estudio y docencia. Él respondió:

“Jesús me ama, esto lo sé, pues la Sagrada Escritura me lo dice.”

No hay verdad más profunda que saber que Jesucristo nos ama. Esta es la más honda y firme verdad en la vida de todos los cristianos verdaderos.

Mientras Jesús colgaba de aquella Cruz del Gólgota, Él nos llamaba y nos llama por medio del Espíritu Santo a través de los siglos anunciándonos el Santo Amor de Dios, invitándonos a seguirle, a ir en pos de Él. En Jesús el Cristo de Dios tenemos la victoria sobre todos y cada uno de nuestros enemigos:

adicciones y hábitos destructivos,

obsesiones a impulsos negativos,

sentimientos de culpa y vergüenza,

nuestra insignificancia y desesperación,

nuestros pesimismos y dudas,

nuestros defectos y fracasos,

nuestros amargos recuerdos del pasado

y nuestros miedos al futuro.

Podemos aceptar a Jesús o rechazarlo. Podemos analizar a muchos sabios e iluminados que han surgido en el curso de la historia, pero no lo intentemos con Jesucristo. Lo aceptas o lo rechazas. Síguele y deja que Él obre en tu vida.

Mucho amor.

Joaquín Yebra,  pastor.

 

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