Nº 1322– 11 de Octubre de 2009

Publicado por CC Eben-Ezer en

Principios históricos bautistas que nos han distinguido en el curso de los siglos, y que, infortunadamente, están perdiéndose o minimizándose de forma sutil o abierta en muchos ámbitos:

1) La iglesia como comunidad voluntaria, a la que nos adherimos por el bautismo de adultos, basado en la decisión libre y personal.

2) Una comunidad económica en la que se comparte para las necesidades de los santos.

3) Una comunidad misionera, no ligada a ningún país ni gobierno.

4) Una comunidad local, en la que la congregación con la Palabra de Dios y la dirección del Espíritu Santo es responsable de su gobierno, con Jesucristo como único Señor y Salvador personal, y dueño de nuestras conciencias.

5) Una comunidad ordenada, en la que cada miembro es llamado al cumplimiento de sus votos de discipulado, conforme a los dones, ministerios y operaciones que el Señor reparte por el Espíritu Santo entre sus hijos e hijas.

6 ) Una comunidad empeñada en volver al cristianismo originario mediante la fidelidad a las enseñanzas del Nuevo Testamento, frente a las doctrinas basadas en tradiciones que han venido acumulándose en las iglesias en el curso de los siglos, y que tristemente hoy pasan por doctrinas cristianas.

7) Una comunidad que practica la hermenéutica congregacional, donde nos importa lo que la Biblia dice, pero mucho más lo que nos quiere decir; donde el significado de un texto no depende de filólogos y de teólogos solamente, sino del proceso de diálogo dentro de la congregación.

8 ) Una comunidad que practica una hermenéutica crítica, donde el criterio de la Palabra de Dios juzga la cultura y el espíritu de los tiempos.

9) Una comunidad que practica una hermenéutica abierta, donde no hay credos preestablecidos. El trabajo del estudio de la Palabra nunca se cierra.

10) Una comunidad que rechaza el poder político al servicio de la iglesia. Es decir, el único derecho o deber del estado secular y de su brazo ejecutivo, el gobierno, es dejar a cada uno libertad para expresar su fe.

11) Libertad respecto al estado secular, por lo que el gobierno no debe ser instrumento de ningún propósito eclesiástico.

12) Una comunidad que proclama la liberación de la violencia, es decir, un pacifismo basado en una ética cristológica de la Cruz, y “seguirle a Él” es la clave del concepto ético.

13) Una comunidad que se reconoce parte de la Iglesia de Jesucristo y que confiese su fe en Dios como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo.

14) Una comunidad que afirma la necesidad de la fe personal en Jesucristo como Señor y Salvador eterno y todo suficiente.

15) Una comunidad que afirma la necesidad de la experiencia personal del nuevo nacimiento de la regeneración y el seguimiento en el discipulado de Jesucristo.

16) Una comunidad que confiesa que nuestra autoridad final en materia de fe y conducta es la bendita Persona de Jesucristo, según su revelación en las Sagradas Escrituras, y presente en medio de su pueblo en la bendita Persona del Espíritu Santo.

17) Una comunidad que reconoce las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento como autoridad primaria en el conocimiento de la revelación de Dios en Cristo Jesús.

18) Una comunidad que entiende la iglesia como comunidad de fieles en torno a la mesa del Señor.

10) Una comunidad que practica el bautismo de quienes tienen capacidad personal y testimonio consciente para confesar a Jesucristo como Señor y Salvador personal, eterno y todo suficiente.

20) Una comunidad que afirma la libertad y la responsabilidad de cada congregación local para descubrir el propósito de Jesucristo en su vida y su trabajo.

21) Una comunidad que afirma el real sacerdocio de todos los fieles, en el que todos los miembros de la iglesia son llamados al servicio cristiano como tales, pero algunos son llamados a pastorear ejerciendo la presidencia y la amonestación, entendidas siempre como servicio y no como señorío.

22) Una comunidad que afirma corresponderle la libertad y la responsabilidad de reconocer y encomendar a sus pastores en el ministerio, sin injerencias ajenas a la comunidad, sea de parte del estado, de otras iglesias o cualesquiera persona, física o jurídica lo pretenda.

23) Una comunidad que cree que el compromiso mutuo expresado en el bautismo y en la membresía de la iglesia local son fundamentos más sólidos para el compañerismo y la colaboración entre las iglesias locales que ningún otro tipo de acuerdo.

24) Una comunidad que afirma creer que cada discípulo cristiano está llamado a testificar de Jesucristo, y que la iglesia universal, como parte del Reino de Dios, está llamada a llevar adelante la misión de Dios en el mundo.

25) Una comunidad que afirma la necesidad de conservar y cuidar la libertad de conciencia, por lo que hemos de estar siempre dispuestos a aceptar diferencias entre nosotros y el derecho de los demás a expresar sus creencias o increencias.

 26) Una comunidad que mantiene el sagrado principio de la separación de la iglesia y el estado, principio enraizado en el exclusivo señorío de nuestro Señor Jesucristo y la libertad de conciencia.

27) Una comunidad que vive en la esperanza bienaventurada de la aparición final de nuestro Señor Jesucristo en poder y gran gloria, lo que producirá la transformación de toda la creación.

Mucho amor.

Joaquín Yebra,  pastor.

 

 

 

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