JORGE BLAUROCK 1.492-1.529

Publicado por Samuel Pérez Hernando en

La década 1.520-1.530, es un tiempo «horribilis» para el movimiento anabautista evangélico. En 1.526, muere Conrado Grebel de la peste, unos meses más tarde -enero 1.527-, es ahogado Feliz Manz en el río Lemat de Zurich. En 1.528 es quemado Baltasar Hubmaier, que ya hemos conocido. En l.529 muere quemado también nuestro personaje de hoy: Jorge Blaurock.

Lo que sabemos de él no es mucho, pero sí lo suficiente para hacer una página de PERSONAJE CON HISTORIA.

Nuestro personaje permanece casi ignorado desde su nacimiento en Bonadus, en la comarca de Grisons, en la parte oriental de Suiza en 1.492, hasta 1.525 aprox. que aparece en Zurich. Solamente podemos afirmar, que se educó en la Universidad de Leipzig, fue cura párroco en Trins. Cuando aparece en Zurich de repente, de ahí que alguien diga de él, «que es un meteoro en la noche», por su aparición y desaparición tan rápida.

Jorge Blaurock, apodado Carcajob, «el hombre del saco azul» que Blaurock llevaba era un hombre de gran personalidad: Un tipo de Elías, o de Juan el Bautista. Era físicamente grande y fuerte, anímicamente valiente e intrépido. El historiador J. Anderson nos lo describe como «alto, fuerte con ojos ardientes y cabello negro. Era vehemente y tosco en su forma de ser. Como Juan el Bautista predicaba el arrepentimiento de pecados con una elocuencia inusitada.» (1) Sus amigos le llamaban el «Pablo anabautista»

Pronto se unió al grupo de creyentes que dirigían Grebel y Manz, y tenemos el momento solemne del bautismo de Blaurock en la obra de Fritz Blanke:

«El grupo de creyentes seguidores de Grebel había orado durante mucho tiempo para que Dios les mostrase el momento en que debían actuar. Ese instante se había presentado ya. Resultaba claro que el tratar de convencer a Zuinglio era poco menos que imposible y que el gobierno de Zurich nunca llegaría a implantar una Iglesia Apostólica conforme a sus ideas. Por lo tanto, se vieron en la obligación ante sus conciencias de poner, manos a la obra.

En la tarde del día 21 de enero de 1.525, posiblemente en casa de Felix Manz, en Zurich, se reunieron para orar. Momentos después Jorge Blaurck se levantó y pidió a Grebel que le bautizase. Grebel así lo hizo y acto seguido Blaurock bautizó al resto de los asistentes a la reunión.» (2)

Había nacido el movimiento anabautista de Suiza, dignos antecesores de la denominación Bautista.

En marzo de 1.525, interviene en la Segunda disputa pública sobre la cuestión del bautismo en Zurich, donde una vez más el pueblo siguió las enseñanzas de Zuinglio, quien amenazó a los defensores del bautismo de creyentes de cárcel e incluso de muerte si no abandonaban sus enseñanzas.

A pesar de las amenazas de Zuinglio, Blaurock siguió su labor evangelizadora, lo que trae la cárcel en 1.526, en unión de sus hermanos Grebel y Manz. En la primavera de aquel año y con ayuda de amigos, se escapa de la cárcel. Para volver a ser encarcelado el año de 1.527, cuando con ocasión de la muerte de Felix Manz, fue cruelmente azotado con varas y desterrado de Zurich, dónde no fue asesinado por ser extranjero.

Blaurock permaneció en Zollikon (pueblo cerca de Zurich, donde se había formado una iglesia anabautista de cerca de 50 personas, seguidores de Felix Manz y Conrado Grebel), hasta febrero, pero el día 26 sale de Zollikon, sin que sepamos su destino, para no volver nunca más. Hay quien asegura que trabajo en la ciudad de Berna (enero de 1.528, y en Appenzell hasta el 1.529, de donde también fue desterrado bajo pena de muerte.

En Mayo de 1.529 se encontraba en el Tirol, donde realiza un ministerio itinerante muy extenso y fructífero para la causa anabautista, hasta que prendido por las autoridades de la ciudad de Innsbruck, en agosto de aquel mismo año Blaurock y Hans Langegger son torturados manteniéndose fieles a sus ideas y principios, y como no pudieron disuadirles y vencer su resistencia, son quemados vivos el 6 de septiembre de 1.529 en la ciudad de Klausen.

Así terminó su vida aquel «Hércules de los anabautistas», como le llamaba Zuinglio. Los tres héroes del nuevo concepto del bautismo de creyentes, y nuestros precursores más inmediatos fueron Conrado Grebel, Felix Manz y Jorge Blaurock, a quienes saludamos con respeto por su valor, fidelidad y honestidad de vida que dejaron tras si, de la que hoy nosotros podemos sentirnos agradecidos. No fueron los únicos, pero sí unos «meteoros de la noche», que dejaron una estela de luz capaz de alumbrar vidas modernas.

Samuel Pérez Hernando

La Poveda, Arganda del Rey, 1.999

NOTAS:

(1) J.Anderson. «Historia de los Bautistas» tomo II, pág.38

Casa Bta..de Publi. El Paso. Texas.

(2) Blanke, Fritz. «Hermanos en Cristo» pàg. 11. traducción de Marcelino Huidobro de la versión inglesa del Dr. Joseph Nordenhaug.

Categorías: Publicaciones