Cristianos olímpicos
Todos conocemos y sabemos qué son los Juegos Olímpicos, pero por si acaso vamos a hacer un breve repaso:
Los Juegos Olímpicos se consideran la mayor competición del mundo deportivo, sabemos que existen los JJOO de Verano y los de Invierno, siendo más conocidos los primeros y los que se están celebrando en Tokio actualmente, que podrían haberse celebrado aquí en Madrid.
No son una invención moderna, surgieron en la antigua Grecia (que no es solo el país actual, sino que incluía muchísimas zonas del mediterraneo, sur de Italia, etc.), aproximadamente en el año 770 AC, se celebraban cada cuatro años, y solo podían participar los hombres libres que supieran hablar griego, y apenas había un puñado de deportes que ahora nos parecerían bastante estrafalarios, aunque a mi ahora mismo que haya competición de monopatín ya me empieza a resultar chocante. Por descontado se celebraban siempre en Grecia. Durante los JJOO se suspendía toda actividad oficial y únicamente se resolvían asuntos políticos de extrema urgencia. Se paraba todo.
La participación oficial de las ciudades griegas y la colaboración de personas particulares y familias creaba una sensación de hermandad y surgía un sentimiento de pertenencia a una estructura superior al de la polis (el estado). También existía un sentimiento de competencia, pero no de competencia cruzada si no de competencia con uno mismo, de superación individual. Cómo nos recuerda esto a Romanos 12: 1 y 2:
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Los Juegos Olímpicos de la era moderna, que renacieron en 1859 y se impulsaron con la creación del Comité Olímpico Internacional gracias a la figura del barón Pierre de Coubertin, con muchísimo más alcance, dinero, deportes y países conservan parte de esa esencia tratan de englobar a todos los países y de ser una muestra de unión de todo el planeta.
Uno de los aspectos más destacados de los juegos, de esa esencia, era la tregua sagrada o tregua olímpica, cuyo texto se grabó en piedra en un disco en el templo de la diosa Hera. Uno de los motivos para establecer esta tregua era que los deportistas y los equipos pudieran desplazarse con seguridad. Esta tregua suponía la prohibición de toda actividad bélica desde un tiempo antes y después de la celebración de los JJOO, quizás semanas o meses. La tregua alcanzaba todas las ciudades que deseasen participar en los juegos. Si una ciudad no aceptaba someterse a esta norma quedaba excluida de la participación en los Juegos Olímpicos y si, habiendo sido aceptada, violaba la tregua, debía afrontar importantes multas y sus representantes eran expulsados. Actualmente hay una resolución de las Naciones Unidas que anima y recomienda establecer treguas durante la celebración de los Juegos Olímpicos como señal de buena voluntad.
Pero ¿Por qué cuento toda esta historia aparte del interés de cultura general que puede tener? Porque considero muy interesante hacer 3 reflexiones en torno a algunas figuras que veo en el mundo del deporte y en la vida de un cristiano.
Deporte vs Ser Cristiano
Creo que todos estamos de acuerdo en que el deporte es, por lo general, algo bueno. Igualmente lo es ser cristiano, si entendemos por ser cristiano considerarnos seguidores de Cristo. Pero fijaos en Hechos 15:
1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.
Y en 1 Timoteo 6:
3 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.
Parece que alguno quería considerarse más creyente que otro. Tanto en el deporte como en la vida espiritual hay que saber llevar un buen equilibrio. No es poco habitual que si se hace deporte en unas condiciones de preparación que no sean óptimas podemos tener lesiones, accidentes, golpes de calor, ansiedad, etc. Habréis oido la retirada de Simne Biles, o los golpes de calor de algunos tenistas por las horas en las que se celebran los partidos. Igual que por ejemplo hacer demasiado ejercicio puede llevarnos a situaciones no deseadas.
Entonces podríamos llegar a un punto en el que seamos “demasiado cristianos” y entiéndase esta expresión, empezar a creer que sabemos más que los demás, que nuestro estudio es más productivo que el otro, que mi religión vale y la del otro no. ¿Eres demasiado cristiano? Lo que me lleva al siguiente punto.
JJOO vs Denominaciones, religiones
En los Juegos Olímpicos las delegaciones se juntan para competir en todas las disciplinas deportivas. No en todas las disciplinas hay representación de todos los países, hay países muy grandes que siempre tendrán participación en casi todos los deportes, y delegaciones que se centran en unos deportes en particular.
Pero debemos tener en cuenta una cosa muy importante: los deportistas no compiten entre ellos. Compiten para mejorar, para superarse a sí mismos. El hecho de estar con otros deportistas es algo circunstancial que les impulsa y les anima más, pero no malentendamos el espíritu deportivo como algo meramente de conflicto.
En esta foto la deportista de Sudáfrica Tatjana Schoenmaker gana los 200m braza y consigue un récord mundial, y por supuesto mejorar su marca personal, y yo no veo a sus contrincantes odiandola por haber ganado.
Vamos a leer Romanos 14 dice:
1 Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. 2 Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. 3 El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. 4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.
5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. 6 El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. 8 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. 9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.
10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
También en 1 Corintios 1:
10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. 11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 12 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 14 Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, 15 para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. 16 También bauticé a la familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. 17 Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.
Qué movidas tendrían que estar teniendo para que Pablo tuviera que decir eso en una de sus cartas. ¿Alguna vez os habéis puesto en los zapatos de Pablo? Qué tendría que estar pasando para que Antonio y Marta estando 2 o 3 meses en Guinea por poner un ejemplo, hicieran un vídeo saludando y diciendonos cosas que se han enterado que están ocurriendo. Lógicamente si fueran tonterías o roces del día a día como tenemos todos Pablo los pasaría por alto. Pero no! Vaya unos debates estériles montamos sobre asuntos que quizás aunque sean importantes, todos sabemos que ni nos van a convencer a nosotros de su punto de vista, ni nosotros vamos a convencer al contrario del punto de vista propio. Lógicamente habrá unos puntos en común que nos unen, pero Pablo tampoco tenía hábito de entrar en contiendas, no lo tengamos nosotros tampoco.
¿Y si alguien cambia de equipo? Durante mucho tiempo he sentido, consciente o inconscientemente que si alguien se marchaba de esta iglesia, poco menos que dejaba de ser Cristiano, un traidor a la causa y un apóstata. Si te sientes identificado con esto, deja de pensarlo desde hoy, conoce otras iglesias, si sales de Madrid de vacaciones visita otros lugares de culto. Ten amigos en otras iglesias, pronto te darás cuenta que no somos los únicos cristianos en esta ciudad y que merece mucho la pena enriquecerse con las relaciones que nos aportan otros hermanos. Mañana, el que fue nuestro punto de misión en Algete celebrará su primer culto en un local alquilado en Mejorada del Campo. Si sientes que eso te molesta, ponlo en oración.
En los JJOO se encuentran deportistas que apenas se van a ver dos o tres veces en la vida, ellos aprovechan esos momentos para enriquecerse, pasarlo bien y conocer otras culturas, aunque ahora es complicado con el covid. ¿Tú qué haces cuando vas de visita a una iglesia pentecostal, por ejemplo? Recuerdo cuando fuimos a una reunión de la Confra a una iglesia pentecostal y una muchacha la cogió con tirar su abrigo hacia arriba. ¿Te choca? Si, pero no lo desacredites. Otros bailan, otros están sentados 45 minutos en silencio.
Antes he dicho que los JJOO son casi lo único que tiene en común todo el planeta, no quiero por supuesto sugerir un único pensamiento o una única religión. Al fin y al cabo cada deportista y cada delegación tiene sus propias técnicas para entrenar y competir, fijaos por ejemplo en los saltos de altura en atletismo, en las formas que tienen de comenzar una carrera cada competidor. Cada cual hace lo que cree que le lleva mejor a su destino, con el paso del tiempo, hay costumbres, técnicas y conductas que se comparten, pero sin perder cada uno su esencia. Igual hacemos las diferentes iglesias y denominaciones.
Olimpiada vs Seguir a Cristo
Hay veces que se confunden y se mezclan los términos y para poder explicarme bien necesito aclararlo:
- Los Juegos Olímpicos es la celebración de las competiciones
- La Olimpiada es el período de tiempo, habitualmente 4 años, que hay entre la celebración de los Juegos.
La olimpiada es un período largo de tiempo. Debe planificarse y prepararse con vistas a las competiciones que habrá. Es un cálculo meticuloso que debe hacer el entrenador entre otras cosas: los días y las horas de entrenamiento y descanso, la dieta más adecuada para el tipo de entrenamiento que se hace, y otros tantos aspectos. Un deportista de élite dedica su vida a la preparación.
Nosotros por el contrario nos podemos permitir ignorar a nuestro entrenador el pastor o pastores, acudir a los entrenamientos, la agenda de nuestra iglesia cuando vemos que si que va a servir, pero luego otras veces ¿para qué voy a ir? ¿Cuántas veces no vamos preparados a ejercer nuestros ministerios? O cuántas veces venimos al culto, incluso ahora por inercia. Hay ocasiones en las que más que inercia debemos tener disciplina que es lo que enseña la práctica de cualquier deporte. O ¿verdaderamente conocemos las normas de lo que practicamos? ¿Leemos la Biblia lo suficiente para conocer las situaciones en las que podemos encontrarnos?
Así no vamos a ser capaces de superarnos a nosotros mismos, no seremos capaces de transformarnos. Únicamente, podremos hacerlo como cualquier deportista: con sacrificio, dedicando tiempo, asumiendo las enseñanzas de nuestros pastores, no mirándonos el ombligo todo el tiempo como si fuéramos los únicos cristianos del planeta, enriqueciéndonos con las relaciones de los hermanos y, sobre todo, con mucha constancia para todo ello, como si nos preparásemos para los próximos juegos olímpicos.