Pactos 1
Los pactos de Dios, parece que han despertado interés, vamos a dedicar un poco de tiempo a reflexionar sobre ellos, habrá que conocerlos y ver que aplicación tienen para nuestra vida personal y como comunidad, estoy seguro de que todo lo que Dios ha revelado en su palabra es para nuestra utilidad, para enseñarnos a vivir.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
2ª de Timoteo 3 16 y 17
El fin último de la enseñanza en la palabra es instruirnos para buenas obras, acerquémonos entonces a este asunto con el deseo de ver cual es el resultado de los pactos para la vida de los protagonistas.
La Biblia está llena de menciones al pacto. La palabra hebrea (berit) aparece 285 veces en el Antiguo Testamento y la palabra griega (diatheke) 33 veces en el Nuevo Testamento; ambas se traducen «pacto». En realidad, podríamos decir que toda la biblia es la historia del pacto de Dios con los hombres
La definición RAE es: Acordar algo entre dos o más personas o entidades, obligándose mutuamente a su observancia.
En la biblia aparecen muchos tipos de pacto veamos algunos ejemplos:
Compromiso matrimonial.
Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
Malaquías 2 14
Observamos en el contexto como se muestra claramente el pacto matrimonial como imagen del pacto con Dios.
Relaciones familiares, sociales, comerciales, políticas:
Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto.
Génesis 21:27
También aparecen pactos en los que se rinde vasallaje. El rey de Judá se sometió al rey de Babilonia (Ezequiel 17.11–21). Dios exige el cumplimiento
Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha hecho todas estas cosas, no escapará. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que el juramento mío que menospreció, y mi pacto que ha quebrantado, lo traeré sobre su misma cabeza.
Ezequiel 17 18 y 19
El pueblo está acostumbrado a los pactos, es un lenguaje que entiende, por eso Dios lo usa. Me pregunto si en la actualidad esto es así. Parece que la lealtad a los pactos es menos importante. Sin embargo, Dios condena claramente el no cumplir los pactos, Él los cumple.
Veamos ahora los pactos en los que Dios está implicado:
Pacto con Adán:
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Génesis 2: del 15 al 17
Esta forma en la que Dios da instrucciones al hombre es mencionada en otros lugares como un pacto:
Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.
Oseas 6 7
Estamos hablando de un pacto de obediencia, Dios promete una vida feliz junto a Él, sin miedo ni dudas ni dolor ni muerte, a cambio sólo tenía que obedecer en algo sencillo, no lo hizo, siguió a Satanás y murieron, Dios cumple los pactos, sin embargo, nunca los abandonó.
Pacto con Noe:
De este pacto hablamos también en el estudio anterior es un pacto gratuito, iniciativa de Dios como todos los demás. Se observa un profundo aprecio de Dios por la vida, se le permite al hombre comer animales, pero respetando su vida que es su sangre, yo deduzco un gran interés de Dios por proteger la dignidad de los animales, la gran riqueza de su creación. también castiga claramente al hombre que quita la vida a otro hombre y Él se compromete a no destruir nunca más la vida colectiva.
El hombre una vez más sólo tiene que obedecer y ser fiel. El pacto es eterno e implica una bendición universal.
He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.
Génesis 9: 9 al 11
Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.
Génesis 9 15 y 16
Pacto con Abraham
En este pacto, renovado con Isaac y Jacob se observa la expresión clásica de los pactos de Dios: Partir y pasar por en medio.
Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;
Génesis 15 17 y 18
Incluye: Una gran descendencia y la posesión de la tierra de Canaán.
En el 17.7 “Yo seré tu Dios y el de tu descendencia después de ti”, vemos como en los casos de Adán y Noé, que el pacto divino no se limita a la relación entre Dios y el individuo que originalmente recibe las promesas. Pero vemos claramente, si leemos el relato completo, cosa que os recomiendo, que Ismael no alcanza el pacto de la misma manera, la descendencia física no garantiza la transmisión de las promesas, es necesario poseer una actitud de fe hacia Dios.
Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
Salmo 103: 17 y 18
Aunque el pacto con Abraham es particular y limitado, el contexto muestra que Dios tenía propuesta una bendición universal
Y todos los profetas desde Samuel en adelante, cuantos han hablado, también han anunciado estos días.
Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios hizo con nuestros padres, diciendo a Abraham: En tu simiente serán benditas todas las familias de la tierra. A vosotros primeramente, Dios, habiendo levantado a su Hijo, lo envió para que os bendijese, a fin de que cada uno se convierta de su maldad.
Hechos 3: 24 al 26
Los pactos de Dios aunque no hayan sido hechos con nosotros personalmente, nos alcanzan. ¿Cómo te alcanzan a ti?