La Santa Cena 2 – El Pan
Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.
Marcos 14:22
Si nunca has pasado cerca de un horno de pan mientras lo están sacando te recomiendo que lo hagas, pero seguro que alguna vez has olido el pan recién hecho.
El pan es el alimento por excelencia en nuestra cultura, también para Jesús, Él oraba: “El pan nuestro de cada día….” En la Biblia el pan es un objeto cargado de significados entre ellos destaca la hospitalidad y el sacrificio.
Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jehová:
Si se ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de harina frita en tortas amasadas con aceite.
Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de gracias de paz.
Levítico 7 del 11 al 13
Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.
Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.
Génesis 18 del 1 al 5
El Señor conoce bien nuestro vínculo con el pan, nos sustenta y nos recuerda nuestra dependencia respecto de Dios para poder vivir.
Como conocemos Jesús utiliza la figura del pan en la Santa Cena para hacernos pensar en su propio cuerpo, este momento tiene tal carga simbólica que se han escrito millones de palabras al respecto desde que Él pronunció las suyas Tomad, esto es mi cuerpo.
Como decíamos la semana pasada hace tiempo que no podemos celebrar la Santa Cena, pero todos los días comemos pan ¿Podemos evocar el cuerpo de Cristo de alguna manera al comerlo?
Recordemos este otro fragmento en el que se relata la experiencia de dos que iban a Emaús lo podemos leer completo en (Lc. 24.13-35) vemos:
Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen.
Lucas 24 15 y 16
Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.
Luc 24: 30 y 31
Os recomiendo mucho la lectura completa de este relato ya que de alguna manera es un pequeño reflejo de nuestra vida. Jesús murió y se ocultó a nuestros ojos, la palabra nos enseña que estas cosas debían ocurrir, pero no siempre lo entendemos, y si alguna vez lo vemos con algo más de claridad es cuando Él se marcha, se oculta para estimularnos, para que seamos capaces de entender que es necesario que Él no esté para que el Espíritu Santo nos guíe.
“El término compañero etimológicamente procede del latín ‘cumpanis’ (cum: con panis: pan), cuya traducción literal es ‘con pan’ dándole el significado de ‘compartiendo el pan’ o ‘los que comparten el pan’, ‘comer de un mismo pan’, llegando hasta nosotros como ‘compañero’.” Jesús es el compañero de los discípulos en el camino, nosotros también somos discípulos, también vamos por el camino.
Creo que, despojándonos de toda la teología teórica, podríamos entender algo más de este sentido si recordamos nuestras comidas fraternales en las que cada uno llegamos con nuestro pan y nuestro guiso y al ponerlo en la mesa, entonces deja de ser nuestro, hasta tal punto que a veces entregamos una ofrenda por un plato.
De una forma mucho más maravillosa Cristo renuncia a su propia vida para que nosotros podamos vivir.
Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
Lucas 22 : 19
Hacer memoria es recordar de forma intencionada, Hacer memoria de la Santa Cena es descubrir que la vida es un don que se puede compartir cómo se comparte el pan con los “COMPAÑEROS”. El Señor nos dice que hagamos memoria de su entrega, que la reactualicemos siempre que podamos, por eso nos deja algo tan frecuente y a nuestro alcance como el pan.
El ritual y las formas tienen su importancia, debemos dignificar lo más posible las cosas de Dios, para nuestro beneficio, pero, esta buena práctica de guardar los ritos no nos debe privar de entender el significado profundo que hay siempre detrás. Compartir el pan del “Compañero Jesús” es algo mucho más hermoso y debe ser más cotidiano, la Santa Cena podría ser como esa comida especial con el amigo o familiar cuando hay algo que celebrar, pero también comemos todos los días con nuestros amigos y familiares, seguramente de forma más sencilla, una sopa o unos macarrones y siempre está presente el pan.
Seguro que pronto podremos volver a celebrar la “Santa Cena” en comunidad, pero… ¿Cómo podremos hacer para que nuestras comidas cotidianas tengan algo más de recuerdo de esa fiesta? Podemos recordar al partir el pan a Jesús haciendo lo mismo.
La próxima vez que partas el pan para comer, trata de traer a tu mente algo de este significado tan hermoso, el pan va seguir siendo pan, como aquel día, pero, el acto de recordar, de hacer memoria, puede realizar en nosotros esa transformación que tanto necesitamos, el cuerpo de Cristo puede hacerse patente en nuestras vidas, el pan no se transforma, nosotros sí.
Él usó pan sin levadura, como su cuerpo sin pecado. Pero hay también en la palabra un nuevo pan leudado usado en la fiesta de Pentecostés
Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán.
Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová.
Levítico 23 del 15 al 17
La levadura utilizada en este pan nos recuerda el creciente reino de Dios. Jesús usó la levadura para ilustrar cómo el reino de Dios se extiende y crece.
Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.
Mateo 13:33
La capacidad transformadora de Jesús nos hace nuevas criaturas para formar el nuevo pueblo de Dios. Recordemos esto al partir nuestro pan ya sea en Comunidad o en familia.
Dios os bendiga