Año 2019
Nº 1.806 – 10 febrero 2019
El trabajo del diablo es dividir. No ignoramos sus maquinaciones. Y romper la unidad de la iglesia es la obra perversa del enemigo de nuestras vidas. El malo se goza cuando ve las congregaciones divididas porque ha conseguido sembrar la discordia entre los hermanos. Pero Jesús oró fervientemente al Padre Leer más…