Nº 1541– 5 de Enero de 2013
Decía Octavio Paz, gran poeta, ensayista y político mexicano, que “hay que dormir con los ojos abiertos; hay que soñar con las manos; soñemos sueños activos de río, buscando su cauce; sueños de sol soñando sus mundos; hay que soñar en voz alta; hay que cantar hasta que el canto eche sus raíces, tronco, ramas, pájaros, astros…”
Y la gran escritora austriaca Marie von Ebner-Eschenbach, aseguraba que “pobre no es aquella persona cuyos sueños no se han realizado, sino aquella persona que nunca sueña.”
El genial escritor argentino Jorge Luis Borges aseguraba que “si el sueño fuera como dicen, una tregua, ¿por qué, si te despiertan bruscamente, sientes que te han robado una fortuna?”
Y David Abernathy, pastor bautista norteamericano y dirigente del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos, muy cercano al pastor Martin Luther King, Jr., aseguraba que “se puede matar al soñador, pero jamás al sueño.”
Este año que recién comienza puede ser cuando se hagan realidad algunos de esos sueños que tu corazón alberga.
El futuro tiene muchos nombres: Para los acobardados es lo inalcanzable. Para los temerosos es lo desconocido. Pero para los valientes es la oportunidad.
El Talmud asegura que cada brizna de hierba tiene su propio ángel que se asoma hacia ella y le susurra: “¡Crece, crece, crece!”
Los sueños fueron los que llevaron a los conquistadores más allá del mundo conocido. Fueron los que condujeron a los sabios a descubrir la electricidad, a diseñar el teléfono, la radio, la televisión; a construir automóviles, aviones, trenes de alta velocidad, y un sinfín de desarrollos que fueron primeramente soñados ante de ser realidades.
Si no esperamos lo inesperado, no lo reconoceremos cuando llegue.
¡Feliz año 2014! Mucho amor. Joaquín Yebra, pastor.