Comunión sanadora I
“Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.”
1 Juan 1:5-10
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”
Santiago 5:16
Jesús dejó la enseñanza y la vivencia de una comunidad terapéutica, es decir, sanadora. Y esto por medio de la comunión transparente, íntima, donde hay confianza para el autoexamen y la confesión pública. Una familia donde no se esconde el pecado, sino que se expone para recibir el perdón y la limpieza, el consuelo inestimable del Espíritu que está en todos.
“Tenemos (no “tengo”) la Mente de Cristo.” 1 Cor 2:16c