Nº 1.938 – 22 de Agosto de 2021
«Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.»
S. Juan 4:13-14
Tener más sed en verano es normal. Hace calor, sudamos y necesitamos beber casi constantemente para estar bien hidratados. Abrimos el grifo y se produce el «milagro» de tener agua limpia a demanda, pero detrás hay un trabajo ingente de extracción, canalización y depuración. Un montón de infraestructuras y personas trabajan con el fin de que parezca un milagro. Hay mucho esfuerzo para que el agua llegue a nuestras casas. Todos debemos esforzarnos para que los suministros básicos lleguen a todos porque a todos pertenecen. En cierta manera, todos debemos compartir la Palabra del Señor pero el Don del Espíritu sólo lo comparte Jesús. No podemos sacar el Agua de Dios en ningún otro sitio. El Espíritu Santo sólo se recibe pidiéndole. Así que este verano, no te olvides de beber mucha agua por el calor, y párate a beber del Señor, de Él mismo en el Espíritu… Párate y bebe porque la fuente está dentro de ti y nunca deja de manar. El Señor dará el Espíritu en plenitud a aquellos que se lo pidan. Este es el verdadero milagro. No hay otra forma de obtener satisfacción. Feliz verano.
Pastor Antonio Martín Salado