¿Qué tienes en la mano?
Nuestra iglesia a día de hoy necesita muchos hermanos que se pregunten ¿Qué tengo en la mano?
Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Éxo 4:1-5
En todas las culturas el bastón se ha relacionado con la autoridad, de hecho con esa vara Moisés gobernó al pueblo usando esa vara. Pero ¿Qué poder puede haber en un palo?
¿De dónde venía el poder de esa vara?
Christopher Duffley. Nació en mayo del 2001 y los padres biológicos de Duffley dieron positivo por Oxycontin y cocaína, lo que contribuyó a un parto prematuro. Con un peso de menos de 1 kilo, Christopher nació permanentemente ciego (por desprendimiento de retina), junto con una miríada de otros problemas de salud, lo que requirió una hospitalización de siete meses.
Inicialmente colocado en hogares de guarda, los tíos de Christopher pronto lo llevaron como si fuera suyo y finalmente lo adoptaron a la edad de 2. Como si los sus problemas de salud existentes no fueran suficientes, Christopher no hablaba frases completas hasta el primer grado y fue más tarde diagnosticado con autismo.
A pesar de los desafíos, sus padres adoptivos (que son devotos cristianos), no perdieron la esperanza o renunciaron en su fe.
Y a medida que pasaban los años, descubrirían que Christopher tenía tremendos dones en la música. Particularmente aficionado a la alabanza y adoración cristiana, Christopher tiene ahora una gran demanda para cantar en las iglesias, eventos deportivos y otros lugares.
La historia de Duffley es un asombroso testimonio de que no importa lo difícil que pueda parecer la situación de uno, siempre habrá resquicios de esperanza en medio de los obstáculos y el dolor. De hecho, los padres de Christopher han utilizado su historia para abogar a favor de los grupos pro-vida para demostrar que lo que la sociedad suele considerar «dañado» o no deseado, es en realidad algo que debe ser considerado muy especial.
Recuerda que de lo poco el Señor puede hacer mucho:
- Un muchacho (Cinco panes y dos peces) Juan 6:9
- La viuda de Sarepta (Un puñado de harina y un poco de aceite) 1 Reyes 17:12
- Una mujer viuda (Un poco de aceite) 2 Reyes 4:2-3
- David mata a Goliat (Cinco piedras lisas) 1 Samuel 17:40
Algunas causas que no nos dejan usar lo que tenemos en las manos son:
I. No terminar lo que comenzamos:
Es bueno emprender cosas, pero mejor terminarlas
Dice Eclesiastés 7:8 “Mejor es el fin del negocio que su principio” Nos entusiasmamos en algo que nos motiva y después que lo comenzamos nos desanimamos. Jesús concluyo todo lo que empezó. El empezó un ministerio que sabía que lo llevaría a la muerte y sin embargo lo termino. El terminar algo cuesta, pero hay que terminarlo.
¿Cuántas veces hemos iniciado algo y no lo terminamos? Sin embargo El Señor concluye todo lo que empieza… “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” Filipenses 1:6
II. Limitar las bendiciones de Dios por falta de fe y de obediencia.
Creemos que ya no tenemos nada o que lo que tenemos tiene poco valor. Y nos preguntamos; ¿Qué le puedo dar a Dios?
El diablo es un mentiroso cuando te dice que es muy poco lo que tienes para dar a Dios. Acuérdate; es padre de toda mentira.
Dios puede hacer grandes milagros con poca cosa, y si fuera necesario con nada. (La creación; con su palabra)
Dios puede hacer grandes milagros con la vasija de tu vida.