Nº 1.781 – 19 de Agosto de 2018
El Padre habla al Hijo, y el Hijo nos habla a nosotros por medio del Espíritu Santo. Si queremos ser mensajeros de Jesús, necesitamos que la Paloma Mensajera Celestial nos sature con Su presencia.
Como humanos, solemos estar siempre pensando en hacer y hacer, afanados o entretenidos con muchas cosas. Pero para hacer las obras de Dios, que es lo principal y necesario, primero tenemos que estar siendo llenados continuamente del Espíritu Santo.
Si no estamos dispuestos a ser débiles por nosotros mismos, no recibiremos la Unción del Santo que es imprescindible para cumplir la tarea asignada por el Señor a Eben Ezer Vallecas, a todos sus miembros, y a todos los puntos de misión, y a todo el cuerpo de Cristo sobre este planeta.
¡Hermanos amados por el Señor con amor entrañable! Tenemos que poder llegar a decir todos (niños, jóvenes, adultos y mayores): “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos y a predicar el año agradable del Señor.” (Evangelio de Lucas 4:18 y 19)
Pero ¿cómo poder dar si no hemos recibido primero? ¡Recibe para poder dar! ¡Recibe de gracia para dar de gracia! “El año agradable del Señor” es el tiempo de gracia, de favor de parte de Dios para esta humanidad. Es el tiempo de la lluvia tardía del Espíritu Santo. Hoy es el día de libertad del pecado, el día de salvación, de salud, de recibir todo de Dios y dejar de confiar en nuestras propias fuerzas. Hoy es el día de llenarnos de la fuerza poderosa del Señor para levantar una nueva generación de jóvenes que aman al Señor y son bautizados con el Espíritu de Jesús.
Mucho amor y mucho Espíritu de Dios,
Antonio Martín, pastor.