Nº 1.772 – 17 de Junio de 2018
“Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros. También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.“ (1 Tesalonicenses 5:12-15).
Desde estas líneas del boletín “Unánimes” queremos reconocer a todos los que trabajan en cualquier ministerio de la obra del Señor y hacer una llamada a tratarnos todos con mucha estima y amor. Si nuestra gentileza ha de ser conocida por todos los hombres, entre los que nos llamamos cristianos, la amabilidad ha de sobresalir.
Todos estamos sometidos a muchas presiones y frustraciones dado que este mundo no es perfecto y tampoco nosotros lo somos del todo. La llamada del apóstol es a tener paz entre nosotros. Si no trabajamos por recuperar la armonía del Señor, no iremos a ningún sitio. Si cada vez que nos reunimos añadimos tensión en nuestro medio, será porque es lo que llevamos dentro. Pero nadie puede permanecer mucho tiempo en tensión sin agotarse del todo o sin sufrir una contractura o agarrotamiento.
Examinemos nuestro barómetro de presión y descarguemos el exceso en Aquel que ha prometido hacernos descansar a todos, los trabajados y cargados, agobiados y tensionados. Para que, en la medida de lo posible, no aumentemos la presión en la comunidad de la que somos miembros.
Con todo, pidamos al Señor Su paciencia porque todos ofendemos muchas veces.
Mucho amor y mucha paciencia.
Antonio Martín, pastor.