Nº 1430- 6 de Noviembre de 2011

Publicado por CC Eben-Ezer en

La palabra “recortes” es una de las más frecuentes en los medios de nuestros días. Pues nosotros desde “Unánimes” también vamos a proponer “recortes”:

Noruega, Suecia y Dinamarca no tiene un Parlamento con Senado. Alemania sí lo tiene, pero formado por sólo cien senadores, y los Estados Unidos de América lo tiene con sólo un senador por cada estado. ¿Por qué tenemos necesidad en un país tan diminuto como España de mantener un Senado con 200 senadores mientras se recortan fondos para sanidad y profesorado? ¡Si el Senado desapareciera ahorraríamos la friolera de 3.500 millones de euros al año!

¿Por qué no eliminamos la pensión vitalicia de todos los diputados, senadores y demás “padres y madres de la patria”? ¡A ver si resulta que la “patria” son ellos y sus patrocinadores! ¿Por qué no tenemos sencillamente un embajador y un cónsul en cada país? ¿Sabías que gastamos en cuerpo diplomático más que el Reino Unido de la Gran Bretaña y Alemania?

¿Por qué tenemos todos indiscriminadamente que auspiciar partidos políticos, sindicatos y toda una serie de fundaciones e instituciones opacas, entre ellas la iglesia católica que presume de notorio arraigo, pero no cuenta con suficientes fieles comprometidos para mantenerla? ¡Que los sostengan sus afiliados! ¿Por qué no dan testimonio de solidaridad los que ocupan las más altas instancias del estado, y entre ellos los obispos y cardenales, recortándose sus asignaciones? Con semejante medida se calcula que podrían ahorrarse unos 45.000 millones de euros anuales.

¿Por qué no tenemos una ley electoral que permita una democracia social y participativa, en la que nuestra opinión de ciudadanos sea la que gobierne, y no una papeleta cada cuatro años para que hagan con ella lo que les plazca, sin dar explicaciones? ¿Por qué no acabamos con esa caterva de parásitos blindados, repugnantes a los ojos de quienes llevamos toda la vida sosteniéndonos de nuestro trabajo y contribuyendo a la sociedad, y siendo conscientes de la realidad?

Mucho amor.

Joaquín Yebra, pastor.